A nadie pareció interesarle
la desintegración de la iglesia, ni la disolución de los grandes poderes
políticos ni mucho menos la historia humana.
Cada
vez que hablo con un sedado sobre el asunto siempre escapan utilizando
sus tácticas de argumentación, al parecer a nadie le importa haber
perdido gran parte de lo que alguna vez fuimos, solo piensan en nuevas
configuraciones y las posibilidades de crear soluciones nuevas y seguir
desarrollando la especie.
Todos
son iguales, dotados de perfección e inteligencia, no se les escapa
nada, poseen sabiduría infundada que ni siquiera les pertenece, y hasta
incluso no logro notar expresión en sus rostros. Rien y lloran como
nosotros…pero su rostro, su rostro parece ser inalterable, sus risas son
vacías y sus lagrimas secas, como un sollozo del alma para no perder la
última gota de humanidad que les queda. Ellos conocen la situación y
aun así no dicen nada al respecto, a veces pienso que solo lo hacen para
no despojarse por completo de lo que alguna vez fueron.
Solo
insisten en la configuración recomendada para mi, algunos me ofrecieron
configuraciones idealistas, a otros solo les basta con mas
inteligencia, o solo depresores inertes. Algunas veces finjo ser como
ellos para pasar desapercibido pero no puedo burlarlos, siempre están
diez pasos adelantes de los puritanos.
Temo
que algún dia decidan tomar riendas en el asunto y levantarse en contra
de nosotros, en contra de quienes no quisimos formar parte de su circo y
permanecer inalterados pero es solo cuestión de tiempo hasta que
suceda. Muchos movimientos puritanos que se opusieron al Consejo
terminaron por ceder, fundamentando que es la mejor opción, ya nadie
derrama sangre solo basta con un vial para cambiar por completo la
voluntad de los rebeldes opositores.
La
humanidad por fin había transcendido a su máximo grado de perfección.
Pero a nadie les pareció importar las consecuencias de los cambios, solo
contribuían ciegamente a la revolución, pues ya no necesitaban armas
sino palabras.
El bar de Horacio,
uno de los pocos que quedan en la ciudad para los puritanos, escondido
detrás de las selvas de edificios administrativos del Consejo.
-Sírveme tres dedos más Horacio. Ya quedan pocos puritanos por aquí, tu destino es asegurado viejo amigo.
-Ya has bebido mucho por hoy Román, pero me temo que tendrás que encontrar un nuevo bar, hoy es mi ultima noche en la ciudad.
-¿A
donde iras?, todavía quedan muchas oportunidades en esta ciudad, y
convivir con los sedados no esta tan mal, aunque no vendrían mal unas
vacaciones en una paradisiaca isla caribeña rodeado de féminas
hawaianas.-Dije en tono burlón.
-Usted
sabe Román, que he pasado los últimos veinte años de mi vida atendiendo
este bar, viendo gente entrar y salir, y a través de esos cristales
pude observar la revolución, como el nacionalismo había desaparecido,
como los edificios de quienes se habían esforzado durante toda su vida
eran demolidos para la nueva planificación, no creo que quede mucho por
ver.
-Me asustas
Horacio dime a donde iras, estas hablando como un suicida, ¿le has dicho
a Betty de tu partida?, si te vas a marchar amigo mío al menos déjame
tu bar. -Insistí en seguir condimentando con un poco de humor la
conversación.
-No me tomes el
pelo, no es por ti que me debo marchar, ni tampoco por los contados
puritanos que quedan en esta condenada ciudad, que vienen a comprarme
una dosis más de muerte, lo hare porque amo a mi familia, amo a Betty y
ya no puedo continuar con todo esto.-Su respiración se agito y comenzó a
traspirar, su rostro ya me advirtió lo que estaba sucediendo.
Sus
pupilas se dilataron y confirme mis pensamientos. Del bolsillo interior
de la campera “Chester`s” de cuero que habíamos ganado en el torneo de
Bowling tomó un vial y lo puso sobre la mesa.Alterado, tomé el vaso y lo arroje contra su rostro.
-Hemos
sido amigos por años con lo difícil que es conseguir uno hoy en día y
piensas abandonarme, eres un cobarde traidor y egoísta, ¿ahora quieres
ser uno de ellos?, pero recuerda mis palabras “solo serás un títere, un
engranaje mas de este gran mecanismo”.
-Sabes
que seguiremos siendo amigos Román, pero ya te lo he dicho, no eres tu
ni yo, es por mi familia, ellos esperan algo de mi que no les puedo dar
siendo un puritano.
-Pues ándate a
la mierda, vos y tu familia vallan a convertirse en plástico a mi me
importa un bledo, abriré mi propio bar y me embriagare todas las noches y
embriagare a jóvenes puritanas, no necesito de vos.
El
no respondió a mi agresión, solo volteo por una medida más de vodka,
tal vez para calmarse un poco ,con los ojos clavados en las geométricas
figuras de las baldosas y con el registro vocal descendiente murmura.
-Te
conozco Roman, y no voy a tratar de convencerte, ya he tomado la
decisión. Tal vez seas vos quien necesite más los viales que yo.
No
dije nada, el había volteado para no mirarme a los ojos por alguna
razón. Mi ritmo cardiaco se aceleró, tome mi saco y me marche sin pagar
azotando la puerta de marco de cristal, fui duro con Horacio, pero en la
mañana siguiente ni siquiera recordara esta conversación, tal vez esa
fue mi excusa para gritarle, pues el alcohol recién comenzaba a hacer
efecto.
Horacio, viejo amigo no
puedo creer que quisieras formar parte del otro bando, tal vez tu vida
ahora será mucho mejor, ya no necesitaras del alcohol, solo espero que
aquellos torneos de Bowling aun permanezcan en tu memoria.